Tuesday, May 3, 2011

QUIERO A MI PUEBLO SANO

Nota:

Quiero invitar a mis queridos hermanos y amigos leer esta obra en progreso que estoy en proceso de traducir del Ingles. Quiero que sepan que no está perfectamente corregido y habrá errores en ella. Lo ofrezco porque varias personas han pedido leerlo aunque no está completa. Creo que puede ayudar a personas necesitando sanidad. Si hay partes que usted nota que producen confusión o no están claras, favor de apuntármelos. En asuntos de teología deseo dialogar sobre esto también pero prefiero que espere hasta que hemos cumplido toda la traducción para que puede leerlo todo y después podemos hablar si hay asuntos no clarificados. Les invito también compartirlo con personas necesitando sanidad.


 Que el Señor derrame sabiduría y revelación a todos nosotros.

Introducción
Algunos meses antes de que fui convertido a Cristo, regresé a casa de trabajo un día por tarde. Mi esposa, Mary, quien estuvo ya una creyente, escuchaba una casete de algún predicador. Algo al respecto agarró mi atención y más tarde cuando ella salió para irse al mercado, comencé a oír la casete. El predicador, quién descubrí más tarde fue Fred Price, el pastor de una congregación de gente mayormente africano americano en California. El estaba predicando sobre el tema de sanidad divina. En el momento, no necesitaba yo sanidad sino algo de la intrepidez y confianza con la cual él habló captaron mi atención. Como escuché para su mensaje me di cuenta de que él quedó absolutamente convencido de la verdad de la enseñanza de sanidad divina. Yo recuerdo diciendo a mí mismo, “Este negro está bien loco o conoce a Dios, uno u otro.” En aquel entonces apenas creí en Dios. Aunque no dudaba de la existencia histórica de Jesús, ciertamente no creí que Jesús fuera el Hijo de Dios. Yo pensé que la mayoría de predicadores fueron probablemente charlatanes o quizá algo ilusos.
Más tarde, después de que fui convertido a Cristo, asistí a la iglesia de este hombre. A fin del servicio un jovencito, aproximadamente ocho años de edad, respondió al llamado acompañado por su abuela y el jovencito brindó testimonio acerca de que había pasado en la misma iglesia la semana anterior. El muchacho era ciego completamente en un ojo y había venido con su abuela y el pastor oro por él imponiendo manos sobre él. Su ojo ciego, fue completamente sanado. La abuela del niño corroboró que su historia y el niño cubrió su buen ojo con la mano y leía una porción de su Biblia de letra pequeña para demostrar su sanidad. La congregación se volvió balística. Ese muchacho de ocho años parecía tan inocente que no podía yo creer que alguien había adquirido a ese muchacho como actor o que en alguna manera estaba él participando en un engaño. Mi conclusión fue eso, si el Dios de cielo, el creador del universo se molestaría oyendo las oraciones de seres mortales como nosotros que quiere decir que él estaba interesado en nosotros y se preocupa por nuestro futuro.
Más tarde en el mismo verano lo asistía en una conferencia en otra iglesia en el sur de California, y oía el mismo predicador enseñar por cinco días acerca del mismo tema de sanidad divina. Una vez más, yo fui impactado por el denuedo y confianza con que este hombre enseñó la palabra de Dios. Fue dicho acerca de Jesús,” habló con autoridad y no como los escribas.” Mi corazón estaba capturado por esa enseñanza sobre el poder sobrenatural de Dios. Sentía una pequeña voz que hablaba a dentro de mi diciendo, ” tú puedes hacer eso.” Ahora sé que esa voz fue el espíritu Santo hablando a dentro de mí pero entonces no sabía que era porque estuve convencido de que sólo unos cuantos siervos muy ungido por Dios podrían hacer las obras sobrenaturales.

Un poco tiempo después el Espíritu Santo habló a mi esposa y yo indicando que deberíamos mudarnos al sur de California y asistir en una escuela bíblica en la misma ciudad. La Iglesia que patronisado o esa escuela bíblica tuvo un culto de milagros cada jueves en la mañana donde asistía aproximadamente dos mil personas. Yo estuve allí casi todos los jueves y vi cientos de milagros tomar lugar. Pronto, fui invitado a participar en un grupo de oradores que trabajaba en el cuarto de oración durante ese culto. Muchas veces me llamaron a orar por personas que habían venido para recibir sanidad. Normalmente aparecía entre 20 y 100 personas para la sanidad. Nos dieron cinco minutos para una pequeña explicación de sanidad y cómo funciona y otros cinco minutos para orar por las personas que estuvieron ahí. También cobramos por personas después de los cultos el domingo en la mañana. Las limitaciones de tiempo lo hicieron imposible abordar largamente por algún individuo. Sencillamente pusimos manos sobre cada uno y les administramos en el nombre de Jesús. Algunas personas quedaron después le pidieron más oración pero pocas veces pasamos bastante tiempo orando por un individuo.
El espíritu Santo me indicaba que no debería preguntar a nadie que tenía ni cómo se sentía después de la oración o si estuviera sano o no. Me dijo que debería sencillamente imponer mano sobre ellos si con el Evangelio de San Marcos 16:18; qué dice, ” sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán.”
Durante un período de más que tres meses lo hacía esto, a veces una vez a la semana hasta tres veces en una semana. Probablemente en ese período yo ministraba a aproximadamente cuatrocientas personas y ninguna persona regresó para decirme que fue sanado. Por consecuencia el eso yo me desanime muchísimo diciéndole, “Tú me llamaste a ministrar a los enfermos pero nadie está siendo sanado, tú escogiste el hombre equivocado.” Espíritu Santo me preguntó, ” ¿Que fue lo que te decía hacer?” Yo contesté, “Tu me decías, que yo debería poner mis manos sobre los enfermos y creer cuando lo haga que sean sanos.” Entonces él me contestó, ” ¿Pues, cuál es tu problema, no estás haciendo lo que te dije?”Si pero…” le dije, ” yo pensé que por lo menos alguien iba a venir y decirme que fue sanado.”

El me dijo, ” tu trabajo es imponer tus manos sobre los enfermos y creer, mi trabajo es hacer la sanidad.” Entonces yo seguía por varios meses más. Yo creo que oré por varios cientos de personas en esos meses y seguía sin resultados visibles. Esto me estorbaba mucho hasta que me di cuenta que Dios me estaba enseñando a ministrar a los enfermos por su palabra por fe y no por sentimientos o evidencia física. Yo noté también que muchas veces cuando otros miembros del equipo oraba por personas que las personas caían en el Espíritu pero cuando yo oré muy pocas veces caía alguien, ni tampoco sentía yo la presencia de Dios cuando oraba.

Finalmente después de más o menos un año algunos comenzaron viniendo a mí y testificando que fueron sanados. Esto ocurría lentamente en el principio pero en una manera creciente. Desde entonces no he borrado por muchos millares de personas en 14 diferentes países y hemos visto cientos recibir sanidad instantáneamente en un solo culto. Mas importantemente hemos podido entrenar y desatar equipos de personas para ministrar a los enfermos y de ver resultados milagrosos también.
Yo había pasado varios años ministrando a los enfermos. Yo enseñé la palabra de Dios y ministré a los enfermos. Pero en estos días yo hice las cosas y dije que todos podían ministrar a los enfermos pero cuando llegó el tiempo de ministración, yo fui el único que posee las manos sobre los enfermos y los otros en la congregación quedaron más como espectadores y no como participantes en la obra. Después recibí un desafío cuando presencié el ministerio del pastor John Wimber, el fundador del movimiento La Viña, (Vineyard)

yo recuerdo bien asistiendo en un culto en Canyon High School en 1978. Después de enseñar la palabra de Dios con un rato, John anunció, ” ahora vamos a hacer un poco de sanidad. ¿Está alguien por ahí en la congregación está siendo impresionado con una palabra de ciencia acerca de algún sanidad que Dios quiere hacer? Se puso de pie una muchacha en la congregación emitió una palabra muy detallada acerca de una enfermedad. Después pastor John preguntó si alguien en la congregación tenía aquella enfermedad. Una persona se puso de pie indicó que si tenía la enfermedad mencionada. Entonces, John dijo que los que estaban alrededor de esa persona que se pongan de pie y ponga las manos sobre el que orar la oración de fe para la sanidad de esa persona. Recuerdo que él decía, ” yo no quiero oír nada de esa clase de oración, como, ‘ si es tu voluntad señor,’ más bien deben demandar que la enfermedad se vaya de él y que está sano cuando oren.” Siguiendo esto había otros palabras de ciencia y oración hasta que el habían varios diferentes círculos de oración simultáneamente en el auditorio. Yo me quedé sorprendido casi incrédulo de que esto podía suceder. Muchas dudas atacaban a mi mente. Yo recuerdo diciendo a mí mismo, ” yo enseño que toda la gente puede hacer la sanidad pero cuando llega a la práctica no lo hago, y él está siendo lo que yo nada más enseño.” El espíritu Santo utilizó esta ocurrencia para animarme en involucrar personas en la congregación en la ministración a los enfermos.

Hay muchas personas que están leyendo este libro y es cierto que algunas partes del libro para dejarte preocupado, en dudas, y con muchas preguntas en la mente. Tal vez algunos van a estar enojado conmigo. Esto es normal, especialmente para aquellos que han sido entrenados en sistemas religiosas que ignoran u oponen el ministerio de sanidad en el día presente. Favor de resistir la tentación de tirar este libro en el rincón y olvidarlo. Te suplico que trata de leer el libro con una mente abierta pidiendo del espíritu Santo que te de revelación de la verdad. Si al terminar de este libro usted ha obrado y estudiado todavía queda convencido de que estoy equivocado en esta enseñanza te invito a escribirle y darme corrección. Pero favor de contestarme con capítulo y versículo en contexto y balance y en una actitud de amor cristiano. Presenta su caso y vamos a dialogar.

Una noche muy tarde regresé a mi cuarto después de una reunión bastante largo en un país centroamericano. Lo había obrado por un gran número de gente enfermo y estaba bien cansado. Antes de acostarme me arrodillé y gracias al señor por toda la gente que había sido sanado y salvado en esa noche. Respuesta que recibí del señor fue uno que jamás voy a olvidar. Él me dijo, ” yo quiero a mi pueblo sano.”

Esto fue un dicho sencillo que podía ser olvidado y pasado sin mucho pensamiento nuevo que recibí fue tan claro y cargado de emoción e intensidad. No sé cómo describir el impacto que tenía en mi espíritu. Fue algo que cambió mi vida. Tal como un padre terrenal quieres a sus hijos sanos y experimentada angustia y dolor cuando los ve sufriendo lo podía sentir el sufrimiento del señor en el tono de su voz. Nunca más entretenida dudas acerca de la voluntad de Dios en cuanto de sanidad. ¡Estoy 100% convencido de que Dios quiere a su pueblo sano! De esa experiencia viene el título del libro que tienes en las manos.

CAPITULO UNO ¿DIOS SANA HOY?
Hace muchos años, yo estaba enseñando la Biblia en una reunión en una casa en la Cd. De México. El tema de esa noche por el sanidad divina. En ese tiempo no había estado enseñando sobre sanidad mucho. Vi a una mujer en la congregación estaba escribiendo notas muy intensamente mientras que yo hablaba. Lo pensará que posiblemente estaba muy emocionada acerca del mensaje Romero me di cuenta que la razón porque ella estaba tomando notas fue para probar que yo enseñaba doctrina falsa. Resultó que era la esposa de un pastor cuya denominación no creía que Dios obró milagros en el día presente. Ella me dijo luego que investigaba mi enseñanza muy detalladamente y no podía encontrar ninguna falta.
Estuvo claro que ella se había acercado a las escrituras con una mente abierta y que el espíritu Santo podía revelarle la verdad de las escrituras. Amablemente hay muchos cuyo corazón no estaba abierto ni a las escrituras ni al espíritu Santo y se mantienen fuertemente aferrados a doctrinas falsas que han recibido en tiempos pasados. Mi oración es que corazón estará abierto y estarás dispuesto de escuchar la voz del espíritu Santo.

LA BIBLIA, LA PALABRA DE DIOS
antes que comenzamos el estudio de sanidad divina, es imperativo que resolvemos un asunto y eso es la integridad de la palabra de Dios escrita, (La Biblia). Podemos escuchar enseñanzas sobre cualquier tema día y noche y no nos dará ningún beneficio a menos que primero creemos que la Biblia es inspirada por Dios por propósito de revelar a Cristo a nosotros y para ayudarnos a vivir en Victoria en esta vida. Muchos cristianos hoy en día tienen un concepto muy débil acerca de la Biblia como la palabra de Dios. La única revelación segura de lo que Dios está diciendo a nosotros es lo que encontramos en las páginas de la Santa Biblia.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Heb. 4:12)

El poder, integridad y confiabilidad de la palabra de Dios puede ser visto desde Génesis al Apocalipsis. La Biblia está compuesta de sesenta seis diferentes libros por varios diferentes autores, escritos sobre un periodo de aproximadamente dos mil años. Todos estos libros están contando la misma historia, la historia de Yahweh Dios y su hijo Jesucristo y su acción en el mundo. La Biblia relata las historias de muchas personas cuyas vidas estuvieron invadidas por el trino Dios y fueron cambiados por lo mejor y en fin estuvieron felices de haber sometido al soberano Dios.

Vemos los resultados de hablar de Dios en Génesis. Vemos que el mundo fue creado de nada (ex nigelo) solo el poder del Espíritu Santo actuando sobre el dicho de Dios y la creación sucedía.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.”
(Gen. 1:1-3)

El asunto importante es que Dios habló y cosas sucedían. Dios no ha dejado de hablar y cosas no han dejado de responder al efecto de su palabra.

Muchos creyentes ponen mas confianza en una palabra profética dada por una persona en una reunión que en la firme promesa de la Biblia y están robadas de la bendición de Dios que está dada a los que confían en su palabra. Yo no puedo probarte a ti en este breve pensamiento que la biblia es verdaderamente inspirada por Dios y digno de tu completa confianza. Puedo solamente ofrecerte “LA OFERTA GUERANTIZADA DE 60 DIAS”

Confía usted en Cristo por 60 días con todo tu corazón, póngalo a prueba y si Dios no se revela a ti y tú no estás satisfecho con lo que sucede en tú vida puedes tu regresar a tu vida de anterior sin problema. La Biblia dice: “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. (Sal. 34:8) Entonces pruébalo por 60 días. Medita día y noche en las palabras de los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan; el record de lo que Jesucristo hizo en la tierra. Pide que Dios se revele a ti en una forma clara y que revele la integridad de su palabra, la Biblia. Yo creo que Jesucristo se va a revelar a ti y no vas a desear tu dinero devuelto.
Sin embargo, hay otros quienes han sido entrenados en incredulidad y sistemas religiosas negativas y ellos van a tener que des-entrenarse de muchas cosas que aprendieron en la escuela dominical acerca de la sanidad divina antes que van a poder aprender lo que la Biblia en verdad enseña. Si tú has sido entrenado en teología dispensacionalista y cesacionismo (véase Apéndice I) Vas a tener que leer la Biblia de Nuevo como que nunca antes lo había leído.
Hay muchos que han sido enseñados que después del periodo apostólico y la muerte del último de los doce apóstoles que Dios dejo de hacer milagros, de sanar personas, y los dones del espíritu fueron removidos de su iglesia. Los pastores y maestros que enseñan esta teoría están en un error grave. Ni la Biblia ni la historia de la iglesia afirma esa creencia.
Voy a tratar con esa teoría de la Biblia y de la historia luego.
Si tú has sido entrenado en esa teoría te invito antes de continuar en esta presente enseñanza pasar al fin del libro y leer para poder resolver el asunto.

CAPITULO DOS ¿ES LA SANIDAD PARA TODOS?

“Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” (Mateo 8:16,17)

Cuando estudiada yo en el seminario uno de mis profesores contó un relato de uno de sus amigos la esposa del cual sufría largamente con cáncer y últimamente murió. Ese amigo tenía un temperamento brusco y áspero pero atreves del sufrimiento y la muerte de su esposa el carácter de ese hombre fue modificado y estaba transformado en una persona mucho más suave. La conclusión del profesor fue que Dios era responsable por el cáncer y la muerte de la esposa con el motivo de enseñar a su amigo y cambiar su temperamento. También el profesor dijo que algunos están enfermos por el ataque del Diablo, otros porque Dios los quiere que estén enfermos porque Dios los quiere ensenar algo y algunos están enfermos por razones naturales como mala dieta o descuido del cuerpo. Yo había oído varios diferentes puntos de vista acerca de sanidad pero esto para mí era un aseveración chocante que mi hizo pensar mucho. Muchos cuando se encuentran en situaciones como tal se quedan confundidos y no resuelvan le dilema. No podía continuar en una situación de confusión y duda yo tenía que resolver este asunto. Yo llevé mi biblia y un costal de sleeping a un área del monte no muy lejos de donde vivía. Yo me senté sobre una roca al lado de un pequeño rio y comencé a decir al Señor, “yo tengo que tener una respuesta a esta pregunta, ¿O es tu voluntad sanar a todos o es como dijo el profe que dios quiere dejar a algunos enfermos? Luego comencé a orar en lenguas. Yo había aprendido que cuando oramos en lenguas que hablamos la perfecta voluntad de Dios y que comunicamos directamente con Dios espíritu a espíritu. Después de varias horas de orar en lenguas el espíritu de Dios me habló y me dijo, “Abre tu Biblia y ábrela…” y me dio un texto bíblico donde comenzamos un estudio de mas que una hora que me hizo pasar por varios sitios y me probó sin duda alguna que no es la voluntad de Dios que sus hijos quedan enfermos.
Después le pregunté “¿Si no es tu voluntad que tus hijos sufren enfermedades y no es tu plan de entrenamiento para tus hijos enseñarles por medio de la enfermedad entonces cuál es tu plan para entrenarles a tus hijos? Y, Señor, necesito esto en la boca de dos o tres testigos comprobado.”
Me enseñó cuatro diferentes maneras bíblicas que Dios utiliza para enseñar a sus hijos. Ese día y la próxima cambiaron a mi vida permanentemente. Desde entonces nadie ha podido cambiar mi creencia en sanidad divina como la herencia de los hijos de Dios. La clara revelación de la voluntad de Dios tocante a la sanidad es tan fuerte en mí ser como mi propia existencia como una persona. Luego voy a tratar con las cosas que me enseñó en ese día.

Primero, si queremos ser sanos y poder llevar sanidad a otros, debemos contestar la pregunta, ¿es la sanidad para todos?

¿Es verdaderamente el deseo de Dios sanar a todos sus hijos? En el texto arriba dice que Jesús “…sanó a todos los enfermos…” Debemos tener una respuesta a esta pregunta porque si mantenemos dudas en nuestro corazón acerca de este asunto no tendremos la fe necesaria para recibir sanidad de él, porque es fe en las promesas de Dios que toma posesión de la respuesta a nuestras oraciones. La mayoría de los cristianos creen que si Dios puede sanar, muchos creen que él sana de vez en cuando pero pocos creen la sanidad debe ser una parte normal de nuestras vidas y menos creen que es el plan de Dios que los creyentes andan en salud y que no sufren enfermedad. “Sin fe,” dice Santiago, “no debemos esperar que recibiremos nada de parte de Dios.” (San.1:6)

La fe comienza cuando sabemos lo que es la voluntad de Dios. La única fuente confiable de conocimiento de la voluntad de Dios es la Santa Biblia.

¡La Biblia es la voluntad de Dios!
El apóstol Juan nos dice, “ (1Juan 5:14,15)

Por eso, so pedimos a Dios conforme a las promesas de la Biblia podemos estar seguro que vamos a recibir la respuesta.

Si usted hace un estudio diligente de los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y decide creer todo lo que está enseñada en estos cuatro libros acerca de Jesús, pues no podrás llegar a otra conclusión sino de que Jesús veía a la enfermedad siempre como un enemigo de Dios y de su reino y que es su voluntad siempre sanar a todos.

En el evangelio de Mateo hay ocho diferentes ocasiones donde Jesús sanó a todos los enfermos en una determinada lugar donde estaba predicando la palabra de Dios. Vamos a ver estos textos. Hágase el favor de verlos y estudiarlos con cuidado y recibir lo que Dios tiene por usted en la escritura. Recuerda que “la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17) En cambio, puede ser mejor que usted los busca en su propia Biblia y leerlos en su contexto, leyendo lo que viene antes y después para entenderlo mejor. Subraya estos textos para poder localizarlos más fácilmente en otro tiempo.

MAT 4:23,24; Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.

8:16,17 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

9:35,36; Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

12:15; Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos,
14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.

14:35 Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él todos los enfermos; 36 y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.

15:30,31; Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

19:1,2; Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán. 2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.
Hemos visto ocho citas donde todos fueron sanos. Es interesante saber que el número ocho simbológicamente representa el Mesías—Cristo.

Desafortunadamente la mayoría de los creyentes viven en revelación “de segunda”
Solo oyen lo que dice los maestros y poco oyen lo que dice Dios directamente a ellos. Esta práctica es una receta para vivir en derrota. Como maestro en la iglesia yo solo pueda apuntar la buena dirección pero después la parte que corresponde al alumno es buscarle a Dios por uno mismo y ser establecido en la verdad.

Vamos a regresar a mi tiempo en el monte de que hablé en el principio del capítulo. El primer lugar donde Jesús me llevó fue Hechos 10:38

“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”

Pedro estaba hablando aquí y dice que todos los que Jesús sanó durante so ministerio terrenal fueron enfermos por opresión del diablo. Me di quinta que mi profesor fue incorrecto en lo que había dicho acerca de las razones por los cuales la gente se enferma. Despues me llevó a Mateo cuatro versos 23 y 24.

“Now Jesus went about all Galilee, teaching in their synagogues, preaching the gospel of the kingdom, and healing all kinds of sickness and all kinds of disease among the people. Then His fame went throughout all Syria; and they brought to Him all sick people who were afflicted with various diseases and torments, and those who were demon-possessed, epileptics, and paralytics; and He healed them.”
Ya había leído ese pasaje más que una vez pero cuando lo leía nuevamente el espíritu iluminó las palabras “atreves de toda Siria” y parecía que estas palabras quedaron en molde. De repente me noté algo que antes no había visto. Antes no estuve consiente de la magnitud de lo que había pasado ahí. Había visto varios lugares donde Jesús sanaba a todos pero aquí fue algo diferente. Siria no era un pueblo, ciudad o municipio sino una nación que abordaba más territorio que Israel y podía tener una población de varias millones de personas. Imagina el impacto que algo como esto tendría sobre una nación.
No estoy seguro de la población de Siria en el tiempo de Cristo. La población presente es más que veinte dos millones de habitantes. Vamos a suponer que había dos millones es ese época. Si la mitad de la gente era enferma es decir que un millón de personas se levantaron y fueron a Galilea donde Jesús estaba predicando más la gente que fueron ayudando personas imposibilitadas. En ese tiempo no había bus o tren todos tenían que ir a pie o por burro o bestia.
Lo que se me ocurrió inmidiamente fue que si mi profesor fue correcto y algunos enfermos están así por el ataque del diablo y otros de parte de Dios entonces, ¿porque en esta ocasión no había ni uno en todo un país que Dios quería dejar enfermo? ¿Podía ser que los Sirios tenían un arreglo especial con Dios que las otras naciones no podían disfrutar? No, el apóstol Pedro que Jesús
“..Anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo..”

La nación de Siria estaba profundamente metido in paganismo. ¡Nadia tenía conocimiento de Dios pero todos fueron sanados!

Esta revelación me sacudía en todo mí ser. ¡Me cambió para siempre; una nación entera sanada! De ahí me llevó a otros textos enseñándome como El entrena y enseña a sus hijos. Hablamos luego de esto.
Esta experiencia me llevo en una jornada donde estudiaba toda la Biblia buscando cada ocurrencia de sanidad y milagros y procurando determinar si había un patrón que podía funcionar hoy en cuanto de recibir y ministrar sanidad. Comencé en los evangelios (Mateo, marcos, Lucas y Juan) mirando muy a cercas a la vida de Jesús y como él viajaba de lugar en lugar predicando, enseñando, sanando y echando fuera demonios. Descubrí que casi un cuarto del record del evangelio tenía que ver con sanidad. Vi también por el libro de Juan que todo lo que Jesús hizo y dijo fue la perfecta voluntad del Padre celestial.
JESÚS SIEMPRE HIZO Y HABLÓ LA PERFECTA VOLUNTAD DEL PADRE
Puedes buscar todo los evangelios y no encontraras un lugar donde Jesús reusaba sanar a alguien infiriera que era la voluntad de Dios dejar a alguien enferma.
¿Es posible que Jesús actuara en contra de la voluntad de su Padre? Esto sería imposible porque las escrituras claramente declaran que todo lo que Jesús hizo y declaró fue la voluntad.
“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” (Juan.8:29) y otra vez en verso 38 ” 38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre…” Otra vez en 5:19 & 30 Jesús declara, “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente….30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre..”

Entonces, vemos que no hay absolutamente ninguna acción independiente de voluntad, hablar, ni acción del hijo al Padre. Por eso, si Jesús durante su ministerio terrenal sanó a todos los que venían a él, entonces podemos estar seguros que esto fue la perfecta voluntad del Padre. Entonces, la plena respuesta a nuestra pregunta, (¿Es la voluntad del padre celestial sanar a todos sus hijos?) se sin ninguna duda un gran “SI”.

Luego continuaremos con El Carácter y la Naturaleza De Dios.

No comments:

Post a Comment